Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, ha estado en el centro de una saga legal global que abarca más de una década, culminando en un acuerdo de culpabilidad que ha generado tanto elogios como críticas. La plataforma de Assange ganó notoriedad por la publicación de grandes cantidades de información clasificada del Pentágono y el Departamento de Estado, proporcionada por ex miembros de inteligencia del Ejército. Este acto lo posicionó como un defensor de la libertad de expresión para algunos, mientras que otros lo veían como una amenaza para la seguridad de EE. UU. y las fuentes de inteligencia. La complejidad del caso de Assange se destaca por los debates sobre las implicaciones para el periodismo, la libertad de expresión y la seguridad nacional. El político australiano Barnaby Joyce resaltó la ausencia de daño directo causado por las acciones de Assange como una razón fundamental para el colapso percibido del caso, reflejando las opiniones divididas en torno al legado de Assange y la persecución legal en su contra.
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